lunes, 12 de noviembre de 2007

QUE ES UNA CONCEPCION DEL MUNDO

SISTEMA ECONOMICO MUNDIAL


ALUMNO: LUIS URDA ROJO




Resumen de lectura nº 3, con ciertas puntualizaciones por mi parte

QUE ES UNA CONCEPCION DEL MUNDO

“Anti-During“

Autor: F. Engels

Edit. : Grijalbo

Comienza la lectura de Engels con una cuestión, históricamente muy discutida, de lo que es una concepción del mundo, diciendo el autor, que es un saber, un conocimiento en el sentido en que lo es la ciencia positiva, es una serie de principios o creencias que justifican el comportamiento del sujeto, sin que éste se los formule explícitamente, en mi opinión, añado que es una conducta en la vida cotidiana humana metódica e involuntaria, que se mueve por unos principios o creencias ideológicamente muy fuertemente arraigados en el pensamiento del individuo.

Esos principios o creencias inspiradores de la conducta humana en la vida cotidiana, están explícitos en la cultura social del sujeto, cultura que tiene un conjunto de afirmaciones acerca de la naturaleza del mundo físico y de la vida, así como códigos evaluadores de esa conducta.

La parte contemplativa o teórica de la concepción del mundo está relacionada con la parte práctica, y con el código o sistema de juicios de valor, en mi opinión, hay, efectivamente, una simbiosis entren la teoría de la concepción del mundo y la praxis habitual del sujeto que lo conforma, son dos partes inseparables de un mismo “todo”.

Ahora bien, deberíamos plantearnos si esos códigos evaluadores de la conducta humana, tienen o no razón suficientemente justificada de su implantación social, es decir, a mi juicio deberíamos replantearnos los principios de legalidad y legitimidad aplicables, prescindiendo de las cuestiones ideológicas religiosas o morales, como la del sentido espiritual de la vida y de la muerte.

Porque no todos los principios legales emanantes de un poder democrático, - obviamente debemos dejar al margen los que emanan de un poder autoritario, sean del signo que sean -, tienen que ser necesariamente justos o legítimos, por ejemplo ¿es legítima la pena de muerte establecida en ciertos regimenes democráticos?, cuestión muy debatida, como muchas otras, a las que no se les ha dado, todavía, adecuada respuesta, y que, en mi criterio, tiene mucho que ver con el Derecho Natural, los Derechos Humanos y la Moral Humana, ello nos lleva a cuestionar que, al haber distintas y diversas sociedades culturales, ¿cuál es la concepción del mundo realmente activa en cada una de ellas?

Porque con las respuestas, pueden aparecer criterios y discrepancias muy relevantes, porque el carácter sobrenatural que tiene la concepción del mundo no consiste en ser un mecánico reflejo, ingenuo y directo, de la realidad social y natural vivida por los sujetos que conforman una sociedad. Reflejos humanos en su comportamiento habitual que tienen una sólida base ideológica, generalmente, que apoyándose en al búsqueda de la “verdad religiosa” implorada por cualquier tipo de sociedad, nos lleva a plantearnos si las creencias de los sujetos practicantes son moralmente universales.

Pues bien, deberíamos cuestionarnos si para aclarar el papel de la concepción del mundo respecto del conocimiento científico positivo (principal problema planteado por el “Anti-During”) puede pasarse por alto o no todo lo mencionado hasta ahora, que es indispensable para la comprensión de las distintas formaciones culturales sociales, si bien, para el estudio de las relaciones entre concepción del mundo y ciencia positiva, basta centrase en los aspectos formales de ambos.

Es cierto que la concepción del mundo en las culturas de tradición grecorromana, suelen estar muy conscientemente concentradas en forma de credo religioso-moral, o de filosofía sistemática, especialmente esta última que perduró hasta el siglo XIX, este sistema filosófico fue perdiendo fuerza en un campo tras otro, a favor de la ciencia positiva, acabando por intentar salvar su sustantividad con supuestas “verdades” superiores a la ciencia, y pretende dar de sí por razonamiento el contenido de las ciencias positivas, y, en este caso, como en el de los credos religiosos positivos, la concepción del mundo pretende ser un saber, conocimiento real del mundo, con la misma positividad que el de la ciencia, pretensión fracasada hacia la mitad del siglo XX con la disgregación del sistema filosófico de Hegel, que pretende desarrollar sistemáticamente con afirmaciones materiales la verdad del mundo.

La causa principal de este fracaso, es la definitiva y consciente constitución del conocimiento científico positivo en la Edad Moderna, caracterizado por su intersubjetividad y capacidad para posibilitar previsiones exactas, construyendo y manejando conceptos artificiales, a diferencia de los conceptos intuitivos de la filosofía sistemática.

Intersubjetividad quiere decir que todas las personas, adecuadamente preparadas, entienden el conocimiento formulado del mismo modo, quedan igualmente informados de la operativa a aplicar para verificar o no dicha formulación, de lo que carecía las tesis de la filosofía sistemática, la de los dogmas religiosos y la de las concepciones del mundo, y, como todo esos rasgos dan al hombre una seguridad y rendimiento considerables, el conocimiento científico que los posee va destronando como conocimiento de las cosas del mundo, al conocimiento filosófico sistemático tradicional en la cultura social, sobre todo, en la de corte occidental.

El que las concepciones del mundo carezcan de la intersubjetividad y capacidad de posibilitar previsiones exactas en el conocimiento científico, se debe a que tienen afirmaciones sobre cuestiones no resolubles (la existencia o no de Dios y la finitud o no del universo) por los métodos decisorios del conocimiento positivo, por un lado, verificación o falsación empíricas, y por otro lado, la argumentación analítica (deductiva o inductiva probabilitaria).

Una concepción del mundo que tome a la ciencia como único cuerpo del conocimiento real, se encuentra por delante porque impulsa la investigación positiva, y por detrás de la investigación positiva porque intentará construirse de acuerdo con la marcha y los resultados de la investigación positiva.

En mi opinión, indudablemente, los principios inspiradores de la ideología dominante en las distintas sociedades culturales, harán motivar la investigación positiva, independientemente de que la ideología social haga profesar al científico una concepción dualista del mundo cuando no esté investigando, inspiración que se produce constantemente a lo largo de la investigación que se lleva a cabo, en combinación con las necesidades internas, dialécticas y formales de la investigación misma, pero que deberá alejar al científico, durante el proceso de la investigación, de su moral e ideología personal por los posibles resultados,- no deseados en este aspecto -, de la misma .

LA CONCEPCION MARXISTA DEL MUNDO

Dice Engels que la “concepción materialista y dialéctica del mundo” o “concepción comunista del mundo” (también llamada así por Engels), está movida por la aspiración a terminar con la ofuscación de las consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados, de lo que se desprende una concepción del mundo explícita, a mi criterio, esto es una utopía, porque eliminar la consciencia supone eliminar la praxis innata del individuo, es decir, la práctica de las manos, el hacer, tocar las cosas concientemente por uno mismo y tratar de conseguir la perfección en aquello que esté realizando.

De ello se desprende un segundo rasgo de la concepción marxista del mundo, que no puede considerar sus elementos explícitos como un sistema de conocimiento superior al positivo, y que se debe sostener y actuar en las ciencias sociales, y, según Engels, supone la concepción de lo filosófico como un nivel del pensamiento científico: la inspiración de la propia investigación y de la reflexión sobre su marcha y resultados.

En mi opinión, surge, con esta formulación, el eterno dilema del nivel de los planteamientos filosóficos y del nivel de los planteamientos positivistas sobre la concepción del mundo, cuando creo que está, hoy en día, superada la concepción de la percepción del mundo desde el punto de vista filosófico, y, mayoritariamente, aceptada la concepción del mundo desde el punto de vista científico positivista.

La concepción marxista del mundo, como dice Engels, tiene su punto de partida y llegada en la ciencia real que solo quiere explicitar la ciencia misma, y la explicación de los fenómenos ajenos a la ciencia debe buscarse en otros fenómenos, en el mundo, y no en instancias ajenas o superiores al mundo, y esto está en la base del bien hacer científico, que no puede admitir la acción da causas no naturales.

El materialismo es lo que prima en el marxismo, es uno de los dos principios fundamentales de lo que Engels llama “concepción comunista del mundo”, el otro, es el principio de la dialéctica, este último se inspira, no tanto en el hacer científico positivo sino, más bien, en las limitaciones del mismo.

El primer principio es común con la ciencia positivista, que lo realiza a través de una metodología analítico-reductiva, eliminando factores irracionales en la explicación del mundo a través de una reducción analítica de las formaciones complejas y cualitativamente determinadas a factores menos complejos y mas homogéneos cualitativamente, con tendencia a una reducción tan amplia que el aspecto cualitativo pierde toda relevancia.

Este análisis reductivo tiende a obviar conceptos cualitativos y centrarse, en lo esencial, al manejo de las relaciones cuantitativas, y esto se aprecia claramente en los comienzos de la ciencia positiva moderna, y ha tenido éxito con bastante regularidad, éxito en dos aspectos: por una parte, permite penetrar eficazmente en la realidad por medio de preguntas exactas cuantificadas sobre fenómenos elementales de la naturaleza, y hacer previsiones precisas sobre bases hipotéticas, y, por otra parte, el análisis reductivo posibilita a la larga la formación de conceptos mas adecuados.

Por ello, del análisis reductivo se derivan conceptos generales de la ciencia positiva y se pierde una parte de lo concreto, por tanto, “el todo” al no incluir incluir conceptos concretos y complejos no aparece en la ciencia positiva, aunque esta suministra todos los elementos de confianza para la comprensión racional de los mismos, pues bien, dicho esto, el campo relevante del pensamiento dialéctico es el de las totalidades concretas (la verdad es el “todo”, según Hegel).

En mi opinión, la concepción marxista del mundo trata de aunar el principio materialista de la ciencia positiva, con aquellos otros de los que ésta prescinde, y esto es lo que trata de recoger con el pensamiento dialéctico, un nivel de comprensión de las concreciones o totalidades, que en este sentido es la sociedad, y en un sentido mas vacío el universo como totalidad.






Madrid, 11.11.07

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